Así se desprende de los datos difundidos por el Indec esta tarde. La comparación con el mismo semestre del año anterior, cuando la pobreza era de 40,1%, arroja un salto de casi 13 puntos. La indigencia se ubicó en el 18,1%.

El Índice de Pobreza alcanzó al término del primer semestre del año el 52,9%, el dato más elevado desde 2003. Está por encima del 41,7 % de finales del año pasado, y del 40,1% de enero-junio del 2023, según se desprende del informe difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Si se compara con el mismo semestre del año previo –lo que es correcto metodológicamente porque en el empleo y los ingresos influyen factores estacionales– resulta que la pobreza dio un salto de casi 13 puntos porcentuales.

En tanto, el Índice de Indigencia, entendido como los pobres cuyos ingresos no son suficientes ni siquiera para comprar la cantidad mínima de comida que permita la subsistencia, se ubicó en 18,1%. A finales del año pasado había trepado al 11,9%, y entre enero y junio del 2023 se ubicaba en 9,3%, por lo que se entiende que escaló 8,8 puntos porcentuales en la comparación con el mismo período del año anterior.

Esto implica que, sobre una población de 46 millones de personas, 24,3 millones son pobres, y entre ellas, 8,3 millones no tienen el dinero mínimo para comprar la comida que les garantice la subsistencia.
Las infancias siguen siendo las más castigadas por la situación. El 66,1% de los menores de hasta 14 años son pobres, y lo son también el 60,7% de los jóvenes de entre 15 y 29 años.

Si se observa la situación a nivel territorial, de los 18 conglomerados urbanos relevados, Gran Resistencia tiene el número más elevado de pobreza: llega al 76,2% de su población. Concordia marca 65,8%; Formosa, 67,6% y Santiago del Estero-La Banda, 64%.

El país registró su tasa máxima de pobreza en octubre de 2002, cuando el índice trepó al 57,5% tras el estallido de la crisis del 2001.
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