Según un reciente estudio, el salario mínimo, vital y móvil registra una “brutal pérdida” de poder adquisitivo que ya es casi un 30% menor que en noviembre de 2023. “El retroceso histórico es tan grande que el valor real ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad”, advierte el informe.

Según el Informe sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil, elaborado por Mariana González y publicado por el Centro de Investigaciones y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA, la pérdida de poder adquisitivo fue “brutal” apenas asumido el gobierno de Javier Milei, “producto del efecto de la devaluación de la moneda y su impacto en los precios”.
Según relata el informe, en los meses subsiguientes, en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil fue la Secretaría de Trabajo la que determinó los aumentos nominales, “que implicaron que se mantuviese prácticamente congelado en ese deprimido valor”.
“No hubo recuperación alguna para el salario mínimo, que en octubre con $271.571 mostró un valor real 28,4% menor que en noviembre de 2023”, analiza.

Caída acumulada: “Retroceso histórico”
El informe señala que la pérdida se acumula con retrocesos de años anteriores: en cada uno de los años 2018, 2019 y 2020 el salario mínimo vio disminuir más de 10% su poder adquisitivo. Es decir, durante los gobiernos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández.
De este modo, compara, en octubre de 2024 el poder de compra de este salario mínimo fue 39,9% menor que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 54% menor que noviembre de 2015.

“El retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial”, advierte el documento publicado por Cifra.

La comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación “peor que la del año 2001”. El salario mínimo en octubre sólo alcanza para adquirir el 54,3% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza.

“Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el pasado mes de octubre este salario hubiera sido superior a $590.000 medido en pesos de ese mes y hubiese representado más del 143% sobre la canasta básica alimentaria aludida”, concluye el informe.