En esta nueva entrega, el profesor Mario Alba nos habla de la fuerza y su importancia en el día a día. Además, realiza una diferenciación entre fuerza dinámica y estática.

En la entrega de este mes, dijimos que nos ocuparíamos de la “vedette” de las cualidades físicas, y a ese tema nos referiremos. Pero, ¿cómo definimos a la cualidad física fuerza?
Una de las definiciones más usadas sería: “Capacidad de generar tensión muscular para oponerse o vencer una resistencia”. Otra podría ser: “Es la capacidad que tienen los músculos mediante una contracción, de generar tensión frente a una resistencia, ya sea estática o en movimiento”.
Pero para hablar claro y en términos sencillos diremos que “la fuerza , entendida como una cualidad funcional del ser humano, es la capacidad que nos permite oponernos a una resistencia o ejercer una presión por medio de una tensión muscular”. Como por ejemplo, levantar un peso, arrastrar un objeto, empujar algo.
Con este concepto más cercano, queda por entendido que la fuerza está presente en todos los movimientos que los seres humanos realizamos. Comprenderán, entonces, lo importante que es su desarrollo y mantenimiento para que nuestras vidas transcurran sin complicaciones desde el punto de vista postural y de desplazamientos, permitiéndonos movernos con soltura, eficiencia, comodidad y seguridad. Y, recuerden, que siempre nos referimos al desarrollo y mantenimiento de nuestras capacidades físicas para hacer más eficientes y placenteros nuestros movimientos de la vida cotidiana, que no tienen nada que ver con la actividad deportiva de competencia.
Antes de comenzar a desarrollar este tema tan apasionante, debemos saber y comprender claramente que una contracción muscular para producir fuerza no necesariamente producirá un movimiento. Entonces se deduce que una contracción muscular genera fuerza pero sin movimiento, fuerza estática, o genera fuerza con movimiento, fuerza dinámica. Y seguramente esto que es un poco difícil de entender, se aclara con un ejemplo práctico:
-Fuerza dinámica: me levanto de una silla, levanto un paquete de yerba y lo guardo en la alacena.
-Fuerza estática: sostengo a mi nieto en brazos, llevo tomado de mi mano el bolso con las compras del almacén.
Lo asombroso de todo esto es, que estos dos tipos de fuerza interactúan constantemente en el devenir de nuestra vida cotidiana. Imagine esta situación: en el hecho de estar parados, ya estamos haciendo fuerza estática y, si a eso le agregamos acomodar en la alacena los productos que compramos en el almacén, estamos haciendo fuerza dinámica. Ahora, pongan a desarrollar su imaginación y verán la importancia de mantener esta cualidad física.
¿Se entendió? Perfecto. Vayamos entonces al grano: ¿Qué hace que podamos llevar una vida independiente desde el punto de vista de la motricidad? Indudablemente, la respuesta es la libertad con que pueda moverme, más allá de alguna limitación por accidente, enfermedad u otra patología. ¿Y quién me otorga esa libertad de movimiento? Sin ninguna duda, que me la otorga esa capacidad funcional que tiene nuestro cuerpo que, a través de las articulaciones combina movimientos para desenvolvernos. ¿Y quiénes realizan esos movimientos de las articulaciones? Respuesta obvia: los músculos. ¿Y qué producen esos músculos? Producen fuerza con contracciones estáticas y dinámicas. Clarito ¿no?
Por supuesto, que este tema da para seguir. Por eso, en las próximas entregas veremos cómo mantener y/o mejorar nuestra capacidad de fuerza que influirá directamente en nuestro quehacer diario.
Pero, para finalizar les dejo un dato que terminará por aclarar todo el panorama:
No hace mucho tiempo atrás, los médicos de cualquier especialidad, recomendaban como una buena terapia, el salir a caminar. Y de hecho, es importantísimo para mejorar todo lo que tiene que ver con circulación sanguínea, oxigenación, prevención de patologías cardíacas, etcétera.
En la actualidad, la actividad más recomendada por los médicos, es aquella que involucra a la fuerza. Tuve la posibilidad de hablar con varios cardiólogos y dicen que, cuando sus pacientes acuden a sus consultorios y le cuentan que están caminando una hora por día, ellos les contestan que está muy bien, pero que caminen media hora y la otra media hora realicen ejercicios de fuerza.
Por supuesto, siempre hablamos de ejercitar la fuerza con las exigencias acordes a la edad que estamos transitando. Pero ese es un tema para la próxima.