La asociación civil cumple dos décadas y lo celebrará el domingo 17 dentro y fuera de la Sala Kumelén de Piamonte. El acto de apertura de la muestra será a las 19 y los espectáculos al aire libre a las 20.30.

Kumelén ya es sinónimo de cultura en Piamonte y la región. Pero alcanzar ese lugar requirió de mucho trabajo, esfuerzo y compromiso durante más que esas dos décadas que tiene “en los papeles”. Sin embargo, el domingo 17 de noviembre, la asociación civil celebrará los 20 años de su constitución dentro y fuera de la Sala Kumelén con una muestra (que abrirá a las 19) y espectáculos al aire libre.
El Piamontés dialogó con los integrantes de la asociación civil Julia Baima, Diamela Franchi, Melina Cosatto y Horacio Galarza sobre los preparativos para la celebración y repasaron algunos momentos de su historia.
“La idea es hacer un evento dentro y fuera de la sala. Dentro de la sala vamos a montar una muestra contando toda la historia de Kumelén a través de fotos, de imágenes, videos, afiches, objetos, remeras. Tratar de reconstruir un poco la historia desde el comienzo, que fue el acta constitutiva del 15 de noviembre de 2004, pero previo a eso, hay una historia que también vamos a contar, de alguna manera, porque es cómo surge después Kumelén en sí”, anticipó Diamela Franchi.
Los integrantes de Kumelén adelantaron que la idea para el evento es hacer la muestra dentro de la sala, mientras que afuera montarán un escenario, en el que habrá música, danza, baile y otros espectáculos. “La idea es hacerlo al aire libre, con entrada libre y gratuita para todo público”, remarcaron.
—¿Piamonte es elegido por ser el lugar donde nació Kumelén?
Melina Cosatto: En realidad, jurídicamente es la sede de Piamonte y bueno, si bien se va gestando a la vez en Carlos Pellegrini y con gente que ya venía de otra historia anterior, nosotros surgimos como grupo de teatro acá en Piamonte, que pertenecía a la Comuna en ese momento. Ahí empezamos a hacer actividades, habíamos reabierto el cine en el año 98 y ahí empezamos a hacer obras de teatro, peñas, cenas, almuerzos; en el 99 arrancamos el proyecto de la murga, que se compartió con la Escuela Primaria, y bueno, termina el año con Festiart, que fue acá en la esquina del reloj, el primero. Y en la edición 2000/2001 se presentó la murga también, fue la primera vez, eran “Los Piantados” de Piamonte.
—¿Van a trasladar la muestra y las celebraciones a otras localidades?
Franchi: Estamos viendo cómo montar la muestra, si se puede hacer de una manera que tal vez después se pueda llevar a las otras salas. Pero no es tan fácil porque hay mucho material de papel, afiches… Y bueno, estamos viendo de qué manera, que después eso pueda tener una manera de montarlo en otras salas.
—Y en estos 20 años, ¿qué eventos, situaciones puntuales, son las que más los marcaron como grupo, como institución?
Cosatto: Es que en realidad no son 20, son más, son casi 30. Porque va aparejado también con las historias personales de cada uno, que también es como que Kumelén es parte de nuestra vida, digamos. Y venimos también de una historia anterior. A la vez, Kumelén también se gesta con un grupo de chicos y chicas de Pellegrini, que también de alguna manera estaban trabajando de forma independiente con una búsqueda similar. Y después, un poquito antes, también el grupo de El Trébol, que también hacían teatro y tenían un bar que se llamaba Teatro Mágico. Y bueno, empezamos también a vincularnos con ellos. Y bueno, un poco a partir de ahí surge la idea de empezar a funcionar. A partir, en realidad, de una idea del Chino [Galarza] y de Diego [Zurbano], tiran lo de la escuela de arte, de empezar a circular con la murga en los tres pueblos…
Horacio “Chino” Galarza: En ese momento, las clases de murga y murguita se daban acá, y con Diego -yo trabajaba en la carpintería con él- pensábamos, ¿por qué no hacerlo todo el año? O sea, se hacía en la época del verano. ¿Por qué no hacerlo todo el año? Pero nosotros en ese momento estábamos pensando más en la estructura de Piamonte, de decir, vamos a hacerlo acá. Y cuando se lo comentamos a Jorge [Zanuzzi] y a “Bichi” [David Andruetto], no nos contestaban. Nosotros dijimos, bueno, no les gustó la idea, éramos pibes todavía. Y después vienen y nos llaman como a una pequeña reunión, nosotros no sabíamos qué nos iban a decir y surge lo de ir a Pellegrini y a El Trébol. Nosotros no lo podíamos creer, así que hacíamos horario corrido en la carpintería y después nos íbamos. Y ahí íbamos con Julio, con el “Popi”, Paloma, era todo un equipete que nos íbamos a dar murga un día a Pellegrini, a El Trébol y así. Eso fue 2003.
—Teniendo en cuenta que Piamonte es un pueblo chico, que nunca hubo algo tan culturalmente disruptivo como fue Kumelén en sus inicios, y que es difícil que se entienda la importancia que tiene la cultura, ¿qué sensaciones tienen ustedes? ¿Qué les pasa con esta trayectoria?
Franchi: Sí, es como que viéndolo, por ahí a mí me viene pasando todo este tiempo que estamos con lo de la muestra, que es tan difícil contar la historia, porque es como que no es algo lineal, y encima se atraviesan un montón de historias individuales, personales, y de otros lugares, y que Kumelén termina siendo una institución que funciona en cuatro pueblos. Y que no es poco, porque a veces vos pensás que en un pueblo hay un montón de cosas, pero se da en cuatro pueblos, funciona en cuatro pueblos, y no es tan sencillo. Y pasamos un montón de cosas, como decía Chino, yo desde mis inicios tenía 16 años, ahora tengo 42, y es como que es mucha vida puesta; todo lo que pasamos también a nivel social, político, un montón de situaciones que por ahí estábamos bien, por ahí como sentir la resistencia de la sociedad, en cuanto a propuestas, a proyectos… Cuando nosotros empezamos el teatro, Jorge siempre nos decía que esto era un proyecto político, que no era político partidario, pero era político por lo que uno hacía, por lo que se decía; con la murga, cuando hicimos la obra de teatro, como que siempre en todo lo que se hacía y lo que se decía, estabas dejando un mensaje.
Y bueno, creo que con el tiempo hemos pasado por un montón de situaciones, en muchos tiempos tuvimos el acompañamiento de las comunas y municipios, en otros no. Es como que todo fue cambiando y fue tan dinámica la historia, que en un punto vos decís 20 años no es mucho para una institución, pero cuando te pones a ver todo lo que hicimos, toda la cantidad de cosas que no sabemos cómo mostrarlo, porque llega un momento que decimos, y bueno, esto no lo pongamos porque es un montón, son muchas cosas. Por eso también al funcionar en cada pueblo, hay cosas diferentes, la construcción de los espacios, de la sala, mucho trabajo, mucho cuerpo puesto en todo.


—Y teniendo en cuenta la situación actual, ¿cómo ven ustedes la realidad de lo que es Kumelén en sí y de la cultura en general?
Galarza: Es difícil. Primero que duele, duele la realidad. Nos atraviesa porque somos parte de la sociedad y a nuestros talleres, en general, vienen niños, adolescentes, y están atravesados de un lado o de otro, con una mirada o con otra, con lo que escuchan. Muchas veces hasta te preguntan, ¿y vos cómo lo ves? Y uno trata de hablar de esto, de ser más amable, ser más empático con las realidades, poder escuchar más y no salir a decir por decir, tratar de generar eso, de que podemos, que hay un otro enfrente, y que más allá de todas las diferencias que tengamos, hay un respeto y hay unas cosas que podamos compartir y quizás otras no, pero que eso no nos hace enemigos, ni que nada se pueda hacer con el otro, sino que creo que eso es lo que nos sostiene también y a la vez nos da la fuerza. Y justo en esto de los 20 años surge una idea de escribir, o que cada chico, chica, joven, adulto, escriba qué significa Kumelén y en todas está eso: un lugar en el que puedo expresar, un lugar en el que puedo ser yo mismo, un lugar que me abraza, un lugar donde me divierto.
Y yo creo que es eso, para uno mismo, de lo personal, poder seguir, si bien uno es parte de esa estructura que sostiene, pero que te sostengan, como nos han sostenido en la pandemia, es impresionante. Y creo que muchas veces uno por estar en el día a día no llega a registrar o le da bolilla a ese registro, pero cuando empieza a tocar eso creo que es fundamental. Y hoy son lugares muy necesarios, lo cultural, y es un lugar de resistencia también, a que esto puede ser de otra manera, o podemos sumar, eso creo que es.
Julia Baima: Sí, que también contiene, esa es la realidad. Vos por ahí no necesitás demasiado, un lugar de contención, que puedas ser feliz ante tal quilombo social.
Franchi: Nosotros durante muchos años, y siendo también muy jóvenes, como que siempre fuimos cuestionados desde, por ahí de decir, cómo trabajan sin ningún rédito económico, personal. O sea, por ahí nunca se entendía o no se comprendía cómo podés estar un fin de semana trabajando para reconstruir un lugar. Por ejemplo, esta sala se inauguró en el 2008 y durante dos años seguidos se venía los fines de semana a trabajar y a hacer cosas para poder tener este espacio, y así con los otros espacios de Kumelén. Y siempre era por ahí esa cuestión de decir, ¿y qué beneficio tenés vos de ir a hacer eso? O sea, ¿cuál es tu rédito económico? Y por ahí era explicar incluso a la misma familia, que a veces eran los reclamos de por qué no estar en casa o por qué no pasar el domingo familiar. Y elegíamos venir a trabajar para construir un lugar para que una sociedad como Piamonte, y como cada pueblo, pueda tener un espacio que son en los que funcionan ahora las salas. Y bueno, es difícil por ahí comprender y creo que más en estos tiempos donde también el individualismo es cada vez mayor. Creo que también la pandemia nos marcó un poco y también nosotros, desde Kumelén, estuvimos dos años que recién ahora nos estamos rearmando de alguna manera con todos esos años donde no se hizo nada, no pudimos dar clases, no pudimos abrir la sala.
Entonces es como de a poco también ir resurgiendo y armando nuevas cosas o nuevas maneras de funcionar. O lo que hacías a lo mejor cuatro años atrás antes de la pandemia hoy no funciona de la misma manera, la gente tal vez no responde de la misma manera y bueno, también ir buscando alternativas o maneras de seguir adelante.
Actividades, talleres, cursos y eventos
Consultados por las actividades que se realizan tanto en Piamonte como en las otras salas de Kumelén, enumeraron una gran cantidad de talleres, cursos, eventos y opciones culturales.
“En Piamonte tenemos un taller de teatro para niños y adolescentes. También la Escuela de Árabe, que es la profe Angie, que es invitada también a usar el espacio. Hay un taller de guitarra, un taller de danza, uno de danza clásica y moderna; está el taller de arte que está Diame, de vitrofusión; está canto grupal y viaje sonoro con Valeria Magliochetti”, enumeraron.
“En El Trébol, la diferencia es que tanto danza como teatro es en convenio con la municipalidad. Entonces esos talleres no se dictan en la sala de Kumelén, sino que yo estoy dando clases en el CIC, que es un espacio de la municipalidad, y teatro es en el SUM, que es otro espacio de la municipalidad. Después está el espacio de canto grupal en El Trébol”, detalló Cosatto.
También contaron que Cañada Rosquín en este momento “es el lugar donde está más flojo” de talleres, porque está el taller de teatro y de danza clásica y moderna, nada más. “En otro momento también funcionaba una guardería, había propuestas de yoga, simulación para adultos, pero bueno, en este momento son los dos talleres que están funcionando”, agregaron.
“En Carlos Pellegrini también tenemos arte, tenemos el grafito, hay teatro, danza clásica y moderna. Es sede también de la universidad [Universidad Nacional de las Artes], para Intérprete de folclore y tango. Tenemos danza folclórica para adultos y tango para adultos. Y también está canto grupal”, detallaron.
También destacaron que hay talleres y seminarios que se van dando con distintas frecuencias y modalidades. “Siempre la idea es abrir a las nuevas propuestas también. Se abrió también para portugués, pero hasta el momento había muy poquitos alumnos, así que se está dando de forma virtual”.
Por último, los integrantes de Kumelén adelantaron algunas de las actividades que se van a realizar a fin de año. “Tenemos la muestra de cierre de talleres, lo vamos a hacer acá en Piamonte, en el Centro Cultural, el 8 de diciembre. Ahí van a participar mayoritariamente los talleres de danza de todos los pueblos. Después tendríamos las fechas del 14 y 15 de diciembre, que habría una muestra de teatro. Probablemente el 14 sea en Cañada Rosquín y el 15 en El Trébol, en el teatro Cervantes”.